lunes, 23 de noviembre de 2009

Sucedió


domingo, 1 de noviembre de 2009

Sí que puede ser tarde para una dicha buena


Entra en un restaurante.
Mira la carta y pide.

Mientras toma el segundo plato piensa en lo bueno que estaba el primero, lo escaso y breve que fue, en que no puede repetir.

Levanta la mirada y escudriña uno a uno al resto de comensales.
Sus platos le parecen mejores y más abundantes.
Se lamenta por no haberlos pedido él.
Los envidia.

Una idea le tranquiliza.
El postre será bueno.
Engulle deprisa para que éste llegue antes.

......................................


No quiero ser como él.
No quiero añorar platos anteriores.
No quiero envidiar los de los demás.
No quiero vivir anhelando los futuros.

Quiero deleitarme paladeando plácidamente ese segundo plato.
Compartirlo, alegrándome del goce ajeno.
Coger la copa de vino, mirarla con gusto, saborear cada sorbo como si fuera el último.
No dejar sin disfrutar ni un solo instante de la vida.

Tardar en comprender ésto, es haber desperdiciado la vida.
Aplícatelo so merluzo !!!